Uno de los aspectos más distintivos de las pizzas es la masa, pues además de los ingredientes, la forma en cómo se hornea define no sólo la calidad de la pizza, sino qué tan original es.
De forma general y tradicional, la pizza es redonda, de masa elástica con bordes suaves y altos, pero el manejo de su masa es la principal diferencia entre una y otra.
Por ejemplo, el aumento de los bordes de la pizza se debe al aire, que durante la manipulación de las bolas de masa se desplaza desde el centro hacia afuera.
Partiendo de este principio es como se conciben las variaciones. A continuación, te presentamos los 3 tipos de masa más representativos que puedes preparar en tus hornos para pizza, agregándole tu sello distintivo.
1. Masa tradicional o napolitana
La ciudad de Nápoles, Italia, fue la cuna de la pizza; ésta fue concebida con escasos ingredientes –albahaca, tomate y queso– y orillas de pan gruesas. A pesar de su tosca apariencia, la masa en este tipo de pizza no admite ningún tipo de grasa; sólo agua, harina, levadura (de cerveza o natural) y sal.
El horno para una pizza napolitana debe permanecer debajo de los 300° Celsius (C) para una cocción gradual y consistente.
2. Masa delgada o romana
Sin perder su distintiva forma redonda, en este tipo de pizza la masa es muy delgada y prácticamente sin orillas. La tradición dicta que esta masa se realiza con harina de trigo, agua, levadura (o masa madre), sal en tales proporciones que sea dura y consistente y aceite de oliva, aunque si se quiere una corteza más crujiente se puede utilizar aceite de girasol.
El horno para pizza romana tiene que superar los 300°C para conseguir una masa fina y crujiente.
3. Masa estilo Chicago o deepdish
Creada por un estadounidense, hijo de migrantes italianos, este tipo de pizza se ha popularizado en todo el mundo. La auténtica pizza estilo Chicago, que se asemeja a un pastel, tiene una base de pan gruesa, honda y crujiente, rellena de queso y salsa de tomate.
Su preparación comienza con una capa simple y gruesa de masa hecha con aceite de oliva y harina gruesa de maíz sin germen; se coloca en una sartén hondo y redondo, de tal forma que la masa se levanta hasta el borde.
Posteriormente se hornea y el horno para pizza nunca supera los 200°C. El sartén suele aceitarse generosamente para crear el efecto de que el borde está frito.
Existen dos variantes de esta pizza: la deepdish, y la que se cierra como un calzone, también conocida como pizza rellena.
Estos son los tres principales tipos de masa para pizza, a partir de esta base se puede experimentar con ingredientes, formas y darle a tu negocio un toque reconocible y popular entre la gente.
Y para asegurarte de que la preparación de cualquier tipo de masa se realice sin contratiempos, sin merma de materia prima, y mantenga las propiedades de los ingredientes, te recomendamos que utilices hornos para pizza de calidad que puedan darle un plus al sabor y calidad de tus productos.
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